Translate

jueves, 13 de agosto de 2015

Expediente Edduard Harowl - La Llamada de Cthulhu (Parte 4)

Nuestros investigadores se personaron en la casa de la familia WaylandTras presentarse y mantener una breve conversación con los padres sobre su vecino desaparecido, pasaron a inspeccionar a la pequeña. Bajo el pretexto de ser biólogo, Agno exploró a la niña. Toda conclusión que pudo extraer era que la pequeña estaba falleciendo poco a poco. Era como si algo le consumiera la vida muy lentamente. Sin saber muy bien qué hacer, los investigadores decidieron quemar su única vía e ir en busca del libro que se citaba en el diario de Edduard.

Tras unas cuantas charlas con la responsable de la biblioteca y unas horas de inmersión entre tomos, dieron con el libro que buscaban. Su lectura transmitía las mismas ideas inverosímiles que el diario de Harowl. Únicamente añadió un nuevo dato a la investigación, el tal Kuranes aseguraba que con un objeto adecuado y puro se puede entrar de forma física en la Tierra de los sueños, eso sí, tendrían que encontrar el sitio correcto desde donde acceder. Según aconsejaba, una madriguera de Gules era el sitio más directo.
            
Desorientados. Perdidos en la investigación, decidieron acudir a la fuente de toda información sobrenatural. Al llegar a casa de Luií y ver que este no contestaba, decidieron probar a entrar. La puerta estaba abierta y no dejaron pasar la oportunidad. Una vez dentro de la casa encontraron al periodista tirado en el suelo, sujetando con fuerza una hoja de papel. Enseguida reconocieron el fragmento, pues tenía el mismo todo que las hojas del diario de Edduard. Tras tomar el pulso del convaleciente Luií, y ver que seguía con vida, arrebataron la hoja y fueron a por ayuda. El doctor estabilizó al amante de lo sobrenatural. Tras achacarlo a un ataque de estrés, recomendó reposo. Luií volvió en sí y preguntó por la investigación. Los investigadores, después de haber reprochado que robara el fragmento del diario, lo pusieron al día. Ya se estaban marchando cuando el señor Arth acabó de sincerarse; les envió a recoger un objeto que guardaba en un pequeño cajón. Dicho objeto era una antigua llave de plata. Tenía grabado las iniciales A.H.L. Todos coincidieron en que sería buen momento para hacer otra incursión en casa del patrón. Al darse cuenta de la hora dejaron la visita para otra ocasión.


Amaneció y el pueblo de Brextón se despertaba consternado. La pequeña de los Wayland había fallecido. Por si la noticia no fuera lo suficientemente desgarradora, Britanny Hudson había empezado a desarrollar los mismos síntomas que Amy. Sus padres se temían lo peor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario