Todavía recuerdo el día como si fuese ayer. Aunque
hace algún tiempo que se controló la epidemia la verdad es que no me gusta
recordarlo. Ese día perdí mucho. En realidad todos perdimos mucho. El mundo
perdió la vida…
Habíamos quedado en mi casa
para jugar una partida al Fin del Mundo. Valentí iba a estrenarse como Director
de juego y, además, teníamos a un compañero nuevo de partida. La quedada en el
metro no tuvo el éxito deseado, tal y como estaba acostumbrado el grupo , llegamos
tarde. Hasta las cinco menos cuarto no estuvo todo preparado para empezar
aunque… nunca llegó a llevarse a cabo la partida.
Una de mis compañeras de piso
se encontraba mal y se había quedado descansando en su habitación. – “Un error
fatal para nosotros” - Valentí se cruzó con ella cuando iba al baño y para su
sorpresa ella le atacó. Yo lo vi desde mi silla y la verdad quedé
desconcertado… María no era una persona violenta pero, en ese instante, juraría
que era furia animal lo que inundaba sus ojos y salvajismo lo que movía sus músculos.
Valentí la redujo y la encerró en su habitación. Tras curar el mordisco de su
brazo lo llevamos a una clínica privada cerca de casa ya que la herida se había
puesto fea. Al llegar a la clínica vimos que el caos se apoderaba de Valencia.
La sala de espera estaba a rebosar de moribundos y no pasaron ni dos segundos
cuando la plaga se desató. Valentí quedo inconsciente debido a la fiebre y el
malestar. Acto seguido un hombre se desplomó y convulsionó hasta morir, o al
menos es lo que pensábamos todos, ya que las reglas de la biología se
desintegraron al ver cómo aquel cadáver volvía a la vida. La pobre mujer de
aquel muerto se llevó la peor parte, un mordisco en la yugular y un caos de
dolor y gritos. La sala se sumió en un locura de intentos de sobrevivir y
muertos volviendo a la vida. Carras cargó con Valentí mientras Xoco ayudaba a
Lucía, que en aquel momento había sido mordida, mientras tanto Alex y yo
intentábamos abrir paso hasta la salida.
Una vez fuera atrancar la
puerta fue la mejor decisión que se nos ocurrió, aunque condenamos a algunos
médicos y pacientes a la muerte, la plaga quedó contenida dentro de la clínica.
Intentábamos entender que estaba pasando. Xoco se preocupó por ver la herida de
Lucia. Carras y Yo inmovilizamos a Valentí atándolo a una verja con los
cinturones como medida de precaución, por si decidía volver a la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario